
Nadie es una isla. Sin importar el tipo de organización que seas o el negocio y trabajo que realices, tú, tus clientes, vendedores, inversores, socios y empleados están siempre en relación.
Todos formamos parte de una gran red de sistemas complejos como nuestras familias, empresas y comunidades. Sistemas humanos que se comportan como la tela de una araña. Si tocamos un hilo de la misma, movemos e impactamos a toda la estructura. Todos tenemos ese poder y responsabilidad.
La Inteligencia Relacional (RSI™) nos ayuda a navegar con éxito por este gran océano de relaciones e interdependencia.

Marita Fridjhon y Faith Fuller, creadoras del modelo de Coaching Relacional ORSC™, entienden la Inteligencia Relacional – RSI™ (Relationship Systems Intelligence) como la capacidad de reinterpretar la experiencia propia de un individuo (y de otros), como una expresión del sistema, como una -voz- que proviene de -una entidad- con vida propia: la relación.
Desarrollar nuestra Inteligencia Relacional nos hace conscientes de que a medida que nos expresamos y comunicamos dentro de un sistema humano, nuestras conversaciones e interacciones se convierten en voces del equipo u organización a la que pertenecemos. De pronto, declaraciones que una vez percibimos como opiniones personales, ahora las vemos como información sobre las necesidades y el estado de bienestar del sistema.
Si uno se preguntase en este contexto: Entonces, ¿Mi experiencia es personal? La respuesta es: sí, por supuesto, y a la vez pertenece al sistema, equipo y organización de la que formas parte. La relación misma, se manifiesta y se comunica a través de cada uno de sus miembros, y se nos revela a través de la interacción entre estos.
La Inteligencia Relacional nos hace escuchar, sentir y ser más conscientes de aquello que está necesitando o está intentando ocurrir en -la relación-, para actuar en consecuencia, e -intencionadamente- llevar a cabo acciones alineadas con aquello que queremos alcanzar o crear, juntos.
En otras palabras, la RSI™ nos ayuda a clarificar si la acción que realizamos, o dejamos de realizar, nos acerca o nos aleja del resultado que queremos alcanzar (juntos) o de la relación o equipo en el que queremos terminar convirtiéndonos.
La Inteligencia Relacional (RSI™) facilita que la relación alcance su mayor potencial.

El desarrollo de nuestra RSI™ nos ayuda a enfocarnos en el sistema, en el tejido de tela de araña como un todo. Nos permite prestar atención y revelar aquello que impulsa y motiva -a la relación-, aquellos roles que requiere para funcionar -el equipo-, las condiciones que nutren a -una organización- y el clima que hace florecer a -una comunidad o familia-; nos permite acceder a información relevante para toda relación como cuáles son las fortalezas sobre las que va crecer y qué está necesitando para alcanzar todo su potencial.
En resumen, al aceptar la existencia, la presencia y la inteligencia de los «sistemas humanos relacionales» (una pareja, organización, equipo, comunidad) como una entidad única, –la atención se desplaza de los individuos que conforman una relación al sistema como un todo-.
Hacerlo nos abre los ojos. Nos lleva a entender, apreciar e indagar las Dimensiones Funcionales de toda relación (Inteligencia, Geografía, Trayectoria) y los Tres niveles de Realidad (Esencia, Sueño, Consensuada) en los que vive. Nos permite acceder a toda la experiencia, sabiduría, sueños y recursos -ya disponibles- dentro de un equipo u organización.
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Referencias bibliográficas: (*) Relationship Systems Intelligence (RSI™). Transforming the face of Leadership. Marita Fridjhon, Faith Fuller.